Por cobijar mis sueños y también compartirlos.Por la luz. Por ser refugio en momentos turbulentos y llenarme de paz. Por el olor a pasto y naturaleza. Por la sanidad mental.Por la espiritualidad. Por el espacio de reflexión. Por la tranquilidad.
Por las noches de asado y vino. Por las mañanas de mates y facturas. Por las cenas de entre semana. Por las tardes de guitarreadas y birra. Por las flores de abril.

Por Claribel Mota, Frito Pendejo y la música. Por las pintadas de pileta. Por los veranos entre amigos. Por los fines de año. Por los inviernos de guisos. Por todos los brindis. Por las discusiones con y sin sentido. Por los amigos mota: Cono, Jipi, Tito, Cato, Hacker y Pancho. Por las bellas criaturas mota: Noche, Wilson, Cholita, Capitán Gomoso, Sandro y Rancia. Por la gente que conocí.

Por la hospitalidad. Por las noches estrelladas. Por los descansos. Por el ocio. Los libros y revistas. Por las jiponeadas. Por las previas de La Fuente. Las choriceadas. Por las fiestas. Por dias de locura. Por las noches de descontrol lisérgico. Por las ideas. Por las vueltas en tren de donde sea. Por las noches de amor. Y los amaneceres. Por ser inspiración, motivación, fuente de energía y alegría.

Por todo eso y mucho más, a la Mansión Mota: GRACIAS!