miércoles, 29 de septiembre de 2010

Agradecimiento


Por cobijar mis sueños y también compartirlos.Por la luz. Por ser refugio en momentos turbulentos y llenarme de paz. Por el olor a pasto y naturaleza. Por la sanidad mental.Por la espiritualidad. Por el espacio de reflexión. Por la tranquilidad.
Por las noches de asado y vino. Por las mañanas de mates y facturas. Por las cenas de entre semana. Por las tardes de guitarreadas y birra. Por las flores de abril.


Por Claribel Mota, Frito Pendejo y la música. Por las pintadas de pileta. Por los veranos entre amigos. Por los fines de año. Por los inviernos de guisos. Por todos los brindis. Por las discusiones con y sin sentido. Por los amigos mota: Cono, Jipi, Tito, Cato, Hacker y Pancho. Por las bellas criaturas mota: Noche, Wilson, Cholita, Capitán Gomoso, Sandro y Rancia. Por la gente que conocí.


Por la hospitalidad. Por las noches estrelladas. Por los descansos. Por el ocio. Los libros y revistas. Por las jiponeadas. Por las previas de La Fuente. Las choriceadas. Por las fiestas. Por dias de locura. Por las noches de descontrol lisérgico. Por las ideas. Por las vueltas en tren de donde sea. Por las noches de amor. Y los amaneceres. Por ser inspiración, motivación, fuente de energía y alegría.


Por todo eso y mucho más, a la Mansión Mota: GRACIAS!

domingo, 26 de septiembre de 2010

Hasta ahora no encontré un disco más dominguero que el Umplugged de Nirvana

martes, 21 de septiembre de 2010

El poder de las palabras

Entender el poder de las palabras es el punto.
Sino hablamos sin decir nada.
Son sonidos que se esfuman con el tiempo y pierden su inmenso valor.

Sentir y expresar. Para poder conectarse.

Lo demás es puro discurso.Y me lo sé de memoria.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Incomprensible

Me resulta que los servicios de lunch, panaderias o confiterias no tengan entre sus variedades de sanguches de miga el popular "salame y queso".

jueves, 16 de septiembre de 2010

En una época colonial traían esclavos negros y ellos sabían quienes eran sus amos.Nosotros somos esclavos de un amo que no vemos , no conocemos, no podemos morder , ni podemos putear, y frecuentemente terminamos odiandonos entre nosotros.
Pero el que se merece nuestro odio es ese, el que nos roba la libertad, el tiempo, no roba todo, lo íntimo y nos deja una psiquis que sólo nos sirve para servirle a él.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Lluvia

En los dias que llueve tengo los mismos pensamientos.
Uno es que deberían ser declarados feriados por ley.Nos ahorrariamos, la sociedad toda, muchos problemas.
Y otro es que ( y podría ser un artículo de la misma ley) la gente mayor debería tener prohibido el uso de paraguas en la vía pública.

Ah, y nunca miren la pelicula "Lluvia" , salvo que tengan serios problemas de insomnio.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

lunes, 6 de septiembre de 2010

Lo que más me duele es que te hayas olvidado tan rapido.
Que ni si quiera puedas saludarme. Que te cueste mirarme a los ojos.
Y eso, sinceramente, me duele más que el hecho de que quieras a otro.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Celular

8.30 hs.
Lunes, llueve y hace frío. Realmente un bajón supremo.
Me tomo el 110 para ir al laburo, mientras saco boleto, ficho el bondi para ver si queda algún asiento.
Pasando el tapón humano de gente, que por alguna razón inexplicable se junta en el medio del bondi y le teme al fondo, encuentro un asiento en la última fila.
En el medio de los de cinco finales me acomodo. A mi izquierda un chica está escribiendo un mensaje por su celular. Tardó un par de paradas en escribirlo.
A mi derecha un pibe que también estaba abriendo y cerrando el suyo, como si estuviese esperando alguna señal (?). Abría la tapa, miraba la pantalla, lo cerraba y se lo guardaba en el bolsillo. Repitió la rutina unas cinco veces en cinco minutos.
Le suena el celular a la chica y empieza a dar explicaciones a alguien de porque no había lo llamado anoche. Que llegó tarde, que estaba cansada, que ceno y se durmió. La charla siguió pero deje de prestarle atención.
El pibe de la derecha seguía pendiente de su celular, abriendo y cerrandolo obsesivamente.
Parado al lado de la puerta a un muchacho que se prestaba a bajar, le suena un ringtone de Arjona.
Lleva mochila , una bolsa en su mano y un paraguas en la otra. Despesperadamente busca el celular, se palpa los bolsillos de la campera, del pantalón y nada. Apoya la bolsa en el piso, se pasa la mochila al frente y logra encontrarlo en el bolsillo. Tiene que bajar, atiende, putea. A los tumbos y patinadas logra bajar mientras hace equilibrio con el celular en su hombro apoyandolo contra su oreja (el auténtico manos libres). Casi se tropieza con el cordón.
La minita seguía dando explicaciones al fulano, que siempre lo llamaba, que por una vez no era para tanto.
El pibe de la derecha al fin recibe el mensaje y responde al toque.
Me tengo que bajar en la parada que viene, me paro y veo que también las personas que estaban en las puntas de los asientos finales venían entretenidos con sus celulares.
Me bajo y empiezo a caminar por Nogoyá.
Mientras camino pienso en lo bueno que es no tener celular, sobre todo por lo poco que me gusta hablar cuando recién me levanto.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Contradicciones

Siempre dije que nunca iba a tener un blog, asi que acá estoy, reflejando un aún más mis contradicciones.